lunes, 29 de febrero de 2016

HACE 75 AÑOS CON LA MUERTE DE ALFONSO XIII CAE LA 1ª RESISTENCIA A FRANCO

El pasado 28 de febrero de 1941 moría en Roma el Rey Alfonso XIII a la edad de 54 años. Había nacido en Madrid, hijo póstumo de Alfonso XII, el 17 de mayo de 1886. A la edad de 16 años comenzó su reinado en medio de una situación de desánimo nacional tras la pérdida de las últimas colonias americana y Filipinas en 1898. El día de su boda, 31 de mayo de 1906, sufre un atentado a manos del anarquista Mateo Morral, del que sale ileso aunque fallecen 10 personas y resultan heridas varias decenas más. Justo un año antes, 31 de mayo de 1905, el propio Mateo Morral lo había intentado sin éxito, en París, durante la visita del Rey a Francia; en esta ocasión iba acompañado por el Presidente francés Loubet. Vaya comienzo de un  reinado, en cuyo discurso inaugural, vaticinó su final. Tuvo un reinado complicado pues enterró a tres jefes de gobierno, Cánovas del Castillo, Eduardo Dato y Canalejas; una penosa guerra en Marruecos; huelgas generales y pistolerismo que desembocaron en una dictadura... y al final tuvo que salir de España por la puerta trasera de Palacio. En noviembre del 31 las Cortes le condenaron por alta traición, revocada por Franco en diciembre del 38.

 
 Salvo en el periódico ABC, considerado monárquico, no he encontrado referencias a esta efeméride que influyó de manera notable en el devenir de los acontecimientos posteriores y que aún nos alcanzan. Su muerte prematura, solo tenía 54 años, coincidió con un momento histórico de gran trascendencia en la situación política de Europa en general y de España en particular. El Rey había utilizado su cercanía al rey de Italia y a Benito Mussolini para favorecer las negociaciones que permitieron armar al ejército sublevado con algo tan vital como los aviones que necesitaba para trasladar el ejército de África a la Península. El Rey eligió/apoyo el nombramiento de Franco a la jefatura del Ejército en las votaciones, por medio de Kindelán, de finales de septiembre del 36 y que culminaron con su nombramiento el 1 de octubre. Muchos , entre ellos el Rey, pensaban que cuando Franco ganase la guerra, restauraría la monarquía en su figura. Confiaba en él y conviene recordar que le había nombrado Director de la Academia de Infantería de Zaragoza y había sido padrino de su boda.
 

Alfonso XIII en el exilio de Roma.

Franco controlaba y navegaba con tres corrientes o familias:  la familia civil monárquica de la antigua CEDA, la FET de las JONS que englobaban a los monárquicos carlistas y la militar, mayoritariamente monárquica . Con la muerte del Rey, que se quejaba amargamente de que Franco no le restaurase, la familia monárquica pierde su gran referente, pues aunque Alfonso XIII había nombrado heredero a su hijo menor Juan, la forma en que habían sido apartados/obligados a renunciar los dos hermanos mayores tenía un tanto revueltas las aguas monárquicas. Alfonso XIII tuvo siete hijos nacidos en el matrimonio y se le adjudican otros cinco extramatrimoniales. Franco completó la jugada con la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de julio de 1947. Un año después llega a Madrid Juan Carlos para ser educado y en 1969 es nombrado sucesor como futuro Rey de España.
 
La segunda familia, Falange, quedó descabezada tras el atentado de Begoña del verano del 42, cesando a su propio cuñado Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores, y también a Valentín Galarza Morante, ministro de Gobernación, y al general José Enrique Varela, ministro del Ejército. También fue destituido el jefe de las milicias falangistas José Luna Meléndez.
 
 
 La familia militar fue controlada con cargos y destierros. Nadie se atrevería a ir contra Franco y hasta su muerte, en la cama, no hubo más oposición que la desarrollada por el PCE. Así la muerte del monarca ayudó a la consolidación y pervivencia del Régimen.
 
Pues bien, volvamos al momento de su fallecimiento y hagamos un pequeños recorrido por los antecedentes. Hacia solo 10 años de su salida, que no abdicación ni renuncia a su estatus, tras los resultados electorales del 12 de abril en que con una situación de empate en votos e incluso mayoría monárquica en concejales le había aconsejado su expatriación. La realidad de las cifras, no del todo aclaradas, presentaba que los monárquicos habían perdido en las grandes ciudades. Sin tener todos los datos en su poder pues había municipios que aún no habían enviado los resultados, parecía evidente que España se había acostado monárquica y se levantaba republicana.
 
Era el resultado de la descomposición política que se había producido en los dos años anteriores y que curiosamente coincidían con unos momentos y circunstancias de gran éxito económico e internacional de la Dictadura. El quinquenio anterior había acabado exitosamente con la gangrena de la guerra de Marruecos, las grandes obras públicas con mejoras de las carreteras y planes de firmes bituminosos, las obras hidráulicas y creación de las Confederaciones; nacionalizaciones como las de Telefónica y Campsa, sosiego social con poco paro y las mesas paritarias de diálogo social (Largo Caballero y la UGT participaron activamente); exposiciones internacionales en Barcelona y Sevilla...
 

Alfonso XIII en Barcelona Expo 1929

 
 Con viento en popa llega la crisis mundial del 29, como la que acabamos de vivir y de la que a duras penas estamos saliendo, y los partidos republicanos en la sombra (no estaban legalizados) se empiezan a mover. El Dictador Primo de Rivera que había soslayado un par de golpes de estado, se nota sin apoyo real y en enero de 1930 presenta su dimisión. Es sustituido por el General Dámaso Berenguer, el llamado error Berenguer por Ortega, que intenta reconducir la situación mediante un pacto con los partidos que lleve a elecciones y sustentar una monarquía parlamentaria. Intento inútil pues los republicanos habían olido sangre y visto que el enemigo estaba débil se organizar para darle la estocada final. En octubre se reúnen en San Sebastian, Pacto de San Sebastian, para preparar su toma del poder mediante un golpe, golpe que fracasa en diciembre, por estar montado chapuceramente. La mayoría de los notables del pacto de San Sebastian terminan en la cárcel, de la que saldrán en abril del año siguiente para conformar el Gobierno Provisional de la Iª República.
 
Aconsejado por unos para que no cediese pues las elecciones solo eran municipales y no generales ni constituyentes, Alfonso XIII entendió que el voto mas fiable era el de las ciudades y que el las poblaciones rurales el poder de los caciques influía notablemente y de hecho en muchas circunscripciones los candidatos ya estaban elegidos por haberse presentado en solitario y por tanto eran elegidos sin necesidad de votación. La verdad es que las explosione de júbilo demostraban que su apreciación no era equivocada; el pueblo demandaba cambio y uno era su salida y la sustitución de la monarquía por la República.

Proclamación de la república el 14 de abril en Barcelona

Las familias monárquicas tardaron dos años en reorganizarse para presentarse junto a los partidos de centro derecha en la coalición de la CEDA a las elecciones de diciembre de 1933 en que ganaron las elecciones, fueron el partido mas votado, pero no obtuvieron el gobierno. La CEDA, versión del actual PP, fue excluida por el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. Cuando en septiembre del 34 entraron tres ministros en el gobierno, Largo Caballero organizó una huelga general que acabó con la revolución de Asturias y naturalmente los nacionalistas catalanes aprovecharon el momento para declararse república independiente. Tras un año convulso, salpicado de casos de corrupción, nos suena algo, cayó el gobierno y se convocaron elecciones para febrero del 36...; hace 80 años.
 
Demos un nuevo salto en el tiempo y volvamos a nuestro tiempo. Estamos viviendo la primera de las semanas cruciales que terminaran con la formación de gobierno o con nuevas elecciones generales a finales de junio. Es curiosa la coincidencia, o no, de estas fechas con esos otros acontecimientos históricos de los que parece no hemos aprendido "casi" nada. Seguimos con la estrategia de debilitar al contrario y con riesgo de alianzas peligrosas o anti natura. Nuevamente y tras una Transición que parecía haber cerrado viejas heridas,  hemos vuelto a abrirlas con la desgraciada Ley de Memoria Histórica; que nos ocupa en cambiar callejeros, vestir de fantoches a los Reyes Magos, procesiones obscenas..., en lugar de trabajar por eliminar el paro, reducir la corrupción y avanzar en la concordia.

De una entrevista al hijo del dirigente de la CEDA, Gil Robles, he extraído las siguientes consideraciones, tal vez aplicables a nuestra actual situación tras el 20 D :

–¿Qué gran coalición se podría haber hecho en el 36?
–Había una posibilidad que intentaron, por parte del Partido Socialista, Indalecio Prieto, y, por parte de la CEDA, Manuel Giménez Fernández por encargo de mi padre. Fue la coalición de los moderados del PSOE, la parte que quedaba sana de los radicales, y la CEDA, pero la mayoría de los socialistas no la quiso.
–Aquí sí hay tintes actuales.
Siempre se puede pensar que en el PSOE hay dos almas y que una de ellas es menos razonable, pero este partido no es como el del 36.
–¿Qué se perdió España con la derrota de la CEDA?
–La posibilidad de tener un régimen en el que cupieran todos los españoles, sin gentes de primera ni segunda, donde hubiese un mínimo de orden económico, social y público para expresar las opiniones y defenderlas en la calle.
–¿Habría cambiado la historia?
–Nos hubiéramos evitado la Guerra Civil.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario