miércoles, 3 de febrero de 2016

AL FIN EL FRENTE POPULAR GANA LA GUERRA CIVIL

El dos de febrero de 2016, 77 años después del que creíamos final de la guerra, que abrió las puertas a la dictadura del General Franco ( hasta ahora creía que era el que había resultado vencedor), la Alcaldesa de Madrid, con el apoyo del PSOE y PODEMOS ha comenzado a reescribir el epílogo a nuestro último enfrentamiento civil. Vencido y desarmado el ejército sublevado, las tropas populistas han alcanzado sus últimos objetivos civiles: se retiraran las placas que tengan cualquier relación con partícipes de un solo lado, naturalmente, pues ya se sabe aquello de Vae Victis (ay de los vencidos). Se ha quitado, con vespertinidad y  alevosía, la placa que recordaba el fusilamiento de 8 carmelitas ¿fuertemente armados y tras oponer una feroz resistencia? el 18 de agosto de 1936. No importa que estuviese en un cementerio privado, las tropas podemitas han llevado a cabo la acción con riesgo de sus vidas y han retornado a sus cuarteles con el botín de su asalto. Posteriormente y después de justificar, por la tarde, la retirada por medio de la Delegada de cultura del Ayuntamiento; la han vuelto a reponer. Viva la coherencia.

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También han caído en otra operación audaz y no desprovista de riesgo, la placa a un sindicalista de falange, José García Vara, asesinado en abril de 1935 y un monolito que recordaba a los Alféreces Provisionales, españoles que se presentaron voluntarios para defender sus ideales mediante una formación complementaria y que les reportaría el "dudoso honor", de una gran mortandad. Decía Indalecio Prieto, desde el exilio, que si volvía a España lo primero que haría sería llevar un ramos de flores a los muertos del bando contario pues habían sido españoles que habían caído luchando por sus ideales, de un mejor futuro para España. Podían estar equivocados pero habían entregado lo mas valiosos que tenían, su propia vida. Pues bien, alguien infinitamente menos importante, Sra. Carmena,  está haciendo lo contrario en un intento de llevar al olvido a quienes fueron vilmente asesinados. ¿Resolverá esta actuación las tumbas anónimas que aún quedan en nuestras cunetas?, Creo que no, ¿o tratan de tapar las brutalidades cometidas en la retaguardia republicana, que llevaron a Winston Churchill a rechazar la mano de Pablo de Azcárate, a la sazón embajador de la IIª República en Londres, durante nuestro enfrentamiento? Churchill acompañó el desprecio diciendo que no estrechaba manos manchadas de sangre. Entre mediados de agosto y mediados de noviembre se habían producido asaltos de turbas populares a las cárceles de Madrid y Alcalá, asesinando a presos que deberían haber sido defendidos por las fuerzas de orden público, además del vergonzoso episodio de Paracuellos.
En breve le tocará a la Placa de D. José Calvo Sotelo, jefe del partido Monárquico Renovación Española, que fue asesinado con alevosía y nocturnidad el 13 de julio de 1936, por fuerzas de orden público, después de sacarle de la cama. Su muerte motivo que Franco se decidiese a apoyar al golpe de estado que se estaba fraguando desde el 8 de marzo. Pero es que Calvo Sotelo, nacido en Tuy en 1893, entro a formar parte del gobierno de Primo de Rivera en diciembre de 1923 haciéndose cargo de la Dirección General de Administraciones desde la que propulsó el Estatuto Municipal, publicado el 8 de marzo de 1924, mediante el que acercaba el poder a los ayuntamientos y sus conciudadanos.
Un año más tarde, el 20 de marzo de 1925, se promulgaba el Estatuto Provincial, que contemplaba la provincia no como una circunscripción al servicio del Estado, sino al servicio de los ayuntamientos que la integraban. Se limitaba el poder de los gobernadores civiles y los ayuntamientos podían llegar a disolver las diputaciones provinciales. En la parte electoral y hacendística se seguían las pautas marcadas por el Estatuto Municipal. Ese mismo año, en diciembre, fue nombrado Ministro de Hacienda y se propuso una especie de IRPF que hizo que la recaudación del Estado aumentase un 80%, sin perjudicar a las clases populares. Se propuso luchar contra el fraude fiscal de los grandes terratenientes, mediante una ley que permitía expropiarles si no declaraban el valor real de sus propiedades. La expropiación se valoraría solo por lo declarado mas un 15%.
Otro de sus aciertos, también tuvo fallos como contener el valor de la peseta y no dejarla flotar, fue crear el monopolio de los hidrocarburos (CAMPSA), enfrentándose a las siete hermanas que amenazaron con dejar sin combustible a España, medida neutralizada por Calvo Sotelo mediante un acuerdo con la Unión Soviética. Por tanto estamos hablando de un español ilustre y preocupado por el bienestar de sus compatriotas. Fue diputado en numerosas ocasiones y como presidente de renovación Española alzó la voz, después de las elecciones del 36, para solicitar del gobierno que controlase la calle y evitara la violencia que estaba adueñándose de ella. Era monárquico y no se entendía bien con Falange. Le mataron después de haberle amenazado en la sede de la soberanía popular y ahora le retiran la placa como si con ellos fuesen a enterrarle en el olvido. Vano intento.

Camioneta en que fue asesinado Calvo Sotelo

Con la llegada de Álvarez del Vayo a la cartera de Estado en septiembre del 36, se inició la ofensiva diplomática republicana para que se reconocieran sus legítimos derechos, como gobierno legal y que se condenase la intervención extranjera a favor de los rebeldes terminando con la permisividad sobre este tipo de actuación. Aunque la reclamación española tenía una fuerte base legal el Foreign Office la rechazó al considerar que la República no tenía un Gobierno estable estando el país regido por la chusma. La anécdota de la negativa de Churchill a estrechar la mano del embajador se enmarca en esta situación.

Monumento a las Brigadas Internacionales en Morata de Tajuña.

Pues bien, mejor que quitar placas sería mantener una memoria equilibrada como se ha hecho con la estatua de Prieto, calle a Santiago Carrillo y monolito a las brigadas internacionales en Morata y placa en la Universidad Complutense de Madrid...; por poner unos ejemplos y aún sigue pendiente un reconocimiento al Schindler español: el anarquista Melchor Rodríguez , conocido como el Ángel Rojo. Sevillano de la más mísera extracción social, probó el toreo sin éxito, fue calderero y líder anarquista de la CNT. Delegado de Prisiones de Madrid, paró personalmente una columna de camiones de la CNT que iban a fusilar a Paracuellos armado de una pistola sin peine de balas porque no quería matar a nadie en un descuido. «Hay que dar la vida por las ideas, pero jamás matar a nadie por ellas». Mientras fue Director de Prisiones no se permitía sacar a nadie sin juicio y sin su firma. Muchas vidas salvadas. También impidió el asalto a la cárcel de Alcalá y más de 1500 personas le deben la vida: Muñoz Grandes, Valentín Gallarza, Serrano Suñer, Rafael Mazas, al doctor Gómez Ulla, Raimundo Fernández Cuesta, Ricardo Zamora, o los hermanos Rafael, Cayetano, Ramón y Daniel Luca de Tena, entre otros. A su muerte en 1972 se cantó A las barricadas, a las barricadas... y su entierro reunió en hermandad a anarquistas y franquistas agradecidos. Ahí se veía el germen de nuestra reconciliación previa a la Transición.


Melchor Rodríguez, un hombre justo en medio del odio y la violencia


Esta si es una deuda pendiente, no vale solo con una calle en Sevilla.


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