martes, 26 de mayo de 2015

Nuevamente la insularidad salva a Gran Bretaña en 1940

La insularidad que salvó a Gran Bretaña de la invasión de los tercios españoles en julio de 1588 y de las tropas francesas de Napoleón en octubre de 1805, vuelve a detener a la victoriosas tropas acorazadas de Hitler en el verano de 1940. Su dominio del mar le ha servido, desde hace mil años, de muralla infranqueable frente a posibles invasores y como medio de llevar y rescatar a sus ejércitos a los puntos que mejor han servido a sus propósitos. Tropas contra Napoleón en nuestra península, a Bélgica antes de Waterloo; Guerras americanas....; Gallipoli en la Iª G.M. ida y vuelta; Normandía en junio del 44........

Efectivamente el 20 de mayo de 1940, hace ahora 75 años, llegan las avanzadillas alemanas al Canal de la Mancha, aislando a los ejércitos aliados en Bélgica de sus bases. En un intento de abrir la bolsa, el 21, ingleses y franceses contraatacan, con fuerzas acorazadas agrupadas, en Arrás y ponen en graves apuros a los alemanes que aunque los rechazan quedan impresionados por los blindajes del Samua francés y del Matilda inglés.

Los carros de combate franceses e ingleses, empleados con una táctica equivocada, luchaban como apoyo a la infantería y no estaban agrupados en divisiones acorazadas, salvo un par de ellas en fase de formación (una la dirigía el futuro general Charles de Gaul. Efectivamente el contraataque fracasa pero lleva el temor al alto mando alemán de que pueden perder muchos tanques en su intento de cerrar y aniquilar la bolsa de Dunkerque y Hitler ordena su detención, pues se deja convencer por Goering de que su aviación puede hacer el trabajo sin exponer a sus preciadas divisiones acorazadas.

La ofensiva terrestre se detiene hasta el 24, día en que el general Guderian consigue convencer al alto mando de reiniciar las operaciones terrestres, que ahora se enfrentan a una defensa fortalecida por los cuatro días de tregua y por el valor añadido de que pueden ser rescatados por mar.

Desde el día 20, Lord Gort, jefe del cuerpo expedicionario inglés, prepara con el Almirantazgo la operación Dinamo para sacar de la bolsa al mayor número posible de soldados, que empiezan a embarcar el 26. Llevan a Dunkerque todo tipo de embarcaciones, mayores y menores, estas para trasladar a los soldados desde las playas hasta los barcos mayores que los llevan a casa.
 
 
La Luftwaffe fracasa por el mal tiempo que favorece la evacuación, por la defensa de los cazas ingleses con base en las costas inglesas y por que las bombas que lanzan sobre las playas se hunden en la arena y esto amortigua la capacidad destructiva de las mismas. En mi última visita a Nueva York pude comprobar como para proteger al Presidente durante una cena, el edificio estaba rodeado de camiones cargados de arena para así amortiguar cualquier atentado con explosivos.
 
 Seis días después, el 2 de junio, sale el último barco y la bolsa se cierra. Los Ingleses han perdido 50.000 hombres entre muertos y prisioneros pero han rescatado al 80% del Cuerpo Expedicionario y a más de 100.000 soldados franceses y belgas. También han perdido unos 150 aviones, cifra similar a las pérdidas alemanas y cinco destructores, amén de numerosos barcos pequeños que ayudaron en las labores de evacuación. También dejaron atrás 100 Matilda y todo el armamento pesado y medios de transporte. En definitiva un éxito, a pesar de la derrota, que permitió devolver a Inglaterra más de 350.000 hombres, cuando inicialmente pensaban en no más de 50.000.

En Inglaterra les esperan viejos vehículos acorazados y armamento ligero. Es el momento de máxima debilidad de Inglaterra. No aprovechado por Italia para haber ocupado y neutralizado Malta. Los ingleses solo disponen de la escuadra y de no más de 600 cazas Hurricane y Spitfire para defenderse de una invasión. Churchill se los reserva y no los envía a defender a su todavía aliado. 
 
Inglaterra no había estado tan cerca de su invasión desde la entrada en el Canal de la escuadra española en julio de 1588 y la ocasión perdida por el Duque de Medina Sidonia  frente a Plymouth, cuando con la escuadra inglesa retenida en el puerto, no hizo caso de los consejos de sus más expertos capitanes que le pedían entrar y destruirla. Napoleón perdió sus oportunidades con la derrota de la escuadra combinada en Trafalgar. Pero el mayor riesgo para G.B. lo representó la escuadra española, entonces la mayor potencia marítima del mundo.

Veinte días después, Francia firma el armisticio y el Canal es lo único que separa a Hitler de la victoria total. Al otro lado, nada es comparable con los 2000 tanques alemanes ni los dos millones de soldados victoriosos que se asoman para ver los acantilados de Dover. Se llevan miles de lanchas a los puertos franceses y se realizan ensayos de desembarco, algunos hostigados por los aviones ingleses.

Alemania no tiene una escuadra comparable con la inglesa y es incapaz de garantizar el dominio sobre el Canal en una zona que permitiera un desembarco de 10 divisiones alemanas en suelo inglés. Además durante el mes de julio los ingleses para evitar que los alemanes se hagan con la importante escuadra francesa y la unan a la italiana con lo que peligraría su dominio en el mediterráneo, repiten el ataque neutralizador de Copenhague de principios del S.XIX.

Generales alemanes frente al Canal. Arriba esquema de la invasión
 
El 2 de abril de 1801 la flota inglesa, en la que se encuentra Lord Nelson, se presenta en Copenhague para pedir la rendición preventiva de la escuadra danesa y noruega. Pretenden evitar su unión a la armada napoleónica. Ante la negativa a rendirse de noruegos y daneses, la escuadra inglesa, que es mucho mas numerosa, abre fuego sin declaración de guerra contra los barcos daneses y noruegos y después de horas de duro combate consigue llegar a una tregua después de haber inutilizado la mayor parte de la escuadra atacada.
 
Nuevamente en septiembre de 1807, ante el empuje de Napoleón en Europa y ante el riesgo de que pudiese capturar la escuadra danesa, recuperada del anterior destrozo, la escuadra inglesa ataca Copenhague aprovechando la debilidad de sus defensas terrestres al encontrase el ejército danés en la frontera para hacer frente a los posibles intentos de invasión francesa. Después de varios días de combate, se rindió la ciudad así como los 18 navíos de guerra fondeados. Un mes mas tarde los ingleses regresan a Inglaterra llevándose consigo los 18 navíos y cerca de 200 naves auxiliares.
 
Ambos ataques preventivos se conocen como "copenaguear la flota"; poner la venda antes de recibir la pedrada.

Entre las condiciones firmadas, el 22 de junio de 1940, del armisticio francés, se encuentra el compromiso alemán de no intentar apoderarse de la escuadra francesa que se ha agrupado en los puertos de Toulouse y Mers el-Kebir (Argelia). También hay una parte en Alejandría en la escuadra combinada con los ingleses, sus aliados. Los franceses ofrecieron garantías a los ingleses de que antes de entregar los barcos a los alemanes, estaban decididos a hundirlos.
 
En su línea de prevenir antes que curar y sin previo aviso ni declaración de guerra, una escuadra inglesa con portaaviones se presenta frente Mers el-Kebir el 3 de julio de 1940, solo diez días después de la rendición francesa y solicitan su desarme o acompañarles a puertos ingleses. Los franceses se niegan y los ingleses minan la entrada y abren fuego contra los indefensos y anclados barcos franceses. En menos de un cuarto de hora de bombardeo lograron hundir el acorazado Bretagne y averiar gravemente el acorazado Provence, el crucero de batalla Dunkerque y el destructor Mogador. Los franceses tuvieron 1297 muertos, la mayoría en la explosión y hundimiento del Bretaña. Varios barcos consiguen escapar, entre ellos cinco destructores y un acorazado que aunque dañado pudo evitar un par de meses después el desembarco de De Gaulle en Dakar.
 
El desarme de los barcos franceses en Alejandría fue menos sangriento por la camaradería desarrollada en las operaciones conjuntas de ambas escuadras. Entregaron los cierres de los cañones y el combustible.
 
Ante esta demostración de la decisión inglesa de resistir, Hitler solo tenía una solución: eliminar la aviación inglesa para conseguir el control total sobre el cielo del Cana y así evitar que la escuadra se acercase a las lanchas y barcos de desembarco que trasladarían a la fuerza de invasión y posteriormente garantizarían sus suministros.
 
Desde julio a finales de agosto la Luftwaffe ataca las estaciones de radar de la costa y los aeródromos ingleses y consigue derribar o destruir en tierra 360 aviones ingleses, con la pérdida de 250 cazas y 200 bombarderos propios. A ese ritmo en otros dos meses habría conseguido su objetivo pero el bombardeo de Londres por un error fue aprovechado por Churchill, que ordenó bombardear Berlín para desviar la atención de los ataques de la Luftwaffe de la costa y de las bases de la RAF, hacia Londres y así dar tiempo a que sus cazas se recuperasen y con la inestimable ayuda de los radares dar la vuelta a la situación.

 
Hitler picó el anzuelo y comenzaron los bombardeos de Londres y otras ciudades inglesas, alejando la lucha de sus bases. Al adentrarse en suelo inglés los bombarderos se veían obligados a defenderse solos pues los cazas alemanes operaban a su límite de autonomía y solo podían acompañarles y protegerles parte del camino. Los cazas ingleses, con las localizaciones del radar esperaban a los cazas que volvían escasos de combustible para atacarles. Con el cambio de objetivos, cambió también la relación de pérdidas, que se volvió desfavorable a los alemanes hasta el punto de hacerlas insoportables: desde septiembre hasta final de año los ingleses con la pérdida de 400 cazas, consiguieron abatir 1200 aviones alemanes. La ventaja de los cazas cerca de sus bases sobre los bombarderos estratégicos volvió a demostrarse en el año 42 cuando los que atacaban eran los ingleses, hasta la llegada del Mustang, caza americano de largo alcance
 
A mediados de octubre Hitler cancela la operación León Marino (la invasión de Inglaterra) y empieza a desplazar divisiones hacia el este; dicta la Directiva 21con instrucciones de planificar la Operación Barbarroja (invasión de la Unión Soviética), con fecha de inicio el 15 de mayo de 1941. Inglaterra se había salvado por tercera vez, gracias a su insularidad,  su flota y su fe en la victoria.
 
A finales de diciembre ya hay 32 divisiones estacionadas en la frontera ruso-polaca. La desastrosa invasión italiana de Grecia, origina la intervención alemana en los Balcanes en abril y retrasa el inicio de la Operación Barbarroja al 21 de junio de 1941. Fatal retraso
 
En noviembre de 1942, después del desembarco americano en Túnez y la poca oposición de Vichy, los alemanes pensaron que la flota francesa podía salir del puerto y unirse a la Francia Libre e intentaron evitarlo y hacerse con los barcos. Cuando el 26/27 de noviembre de 1942 los alemanes decidieron apoderarse de los barcos anclados en Toulouse, los franceses cumplieron su promesa y los destruyeron. La Flota Francesa amarrada en Toulon contaba con 170 barcos de diversos tipos. Entre los buques había 3 acorazados, 7 cruceros, 18 destructores y 21 submarinos (tres escaparon y se unieron a la Francia de Ge Gaulle). La masacre de Mers el-Kebir había sido innecesaria
 
 
 
 

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