jueves, 14 de mayo de 2015

El milagro alemán 1919-1950.

Durante la 1ª Guerra Mundial, los ciudadanos alemanes vivieron en la creencia de que iban ganando la guerra; en el 1917 Rusia había firmado el armisticio y todo apuntaba a que las ofensivas de la primavera de 1918, que situaron el frente a pocos kilómetros de París, llevarían a un inminente final victorioso de la matanza, pero se encontraron con la abdicación del Káiser en noviembre y con la firma de su derrota. Hay una frase, repetida en varias guerras, que viene a resumir esa situación: Los ciudadanos fueron de victoria en victoria hasta la derrota final.



 
 Este mazazo se traduce en violencia interior y en Berlín se empezó a vivir, por primera vez desde el comienzo de la guerra, con cortes de luz, tiroteos callejeros, cortes de agua y de transportes públicos, policías y soldaos armados por las calles y en boca de todos y de la prensa la palabra Revolución.
 
Durante la primavera/verano de 1919 la situación social es tremendamente inestable con un control relativo del parlamento en que se debaten Ebert y Noske por el SPD frente a los Espartaquistas, alzamientos obreros e incluso un golpe de estado, Putsch de Kapp y la brigada Ehrhardt que en marzo de 1920 detentó durante una semana el poder. En estos momentos convulsos enraízan los orígenes del nazismo, varios años antes de que Hitler entrara en escena, es también en este año que Ludendorf vuelve del exilio y funda un partido filonazi.
 
Aparece en escena Rathenau, industrial y político alemán. Hijo del presidente de la Sociedad General de Electricidad, AEG. A partir de 1921 se le encomendó el puesto de ministro de la Reconstrucción y, un año después, el de Asuntos Exteriores. Su hito más importante fue la firma, en 1922, del Tratado de Rapallo con la Unión Soviética, hecho por el que fue asesinado, el 24 de junio del mismo año, por sicarios contratados por la extrema derecha. En el Tratado de Rapallo se firmó una clausula secreta por la que el ejército alemán podía entrenarse subrepticiamente en territorio ruso y crear empresas mixtas de investigación de armas, aviación y prácticas con tanques. En el tratado se compensaron mutuamente sus deudas de guerra. Aunque era un representante destacado de la burguesía alemana, abogaba por la centralización de la economía, y entremezclaba en su pensamiento político elementos del capitalismo y de la planificación estatal.
 
Tras el asesinato en 1922 de Walther Rathenau (una de las «cinco o seis grandes personalidades de este siglo», al decir de Haffner), el poderoso ministro de Exteriores judío que había mantenido hasta entonces a la República en precario equilibrio, los acontecimientos se precipitan: Francia y Bélgica invaden el Ruhr ante la morosidad de Alemania con el pago de indemnizaciones de guerra, el gobierno llama a la resistencia pasiva y, como consecuencia de la cual, cae en picado la producción, y la inflación, ya endémica, se dispara y se convierte en hiperinflación. «Ninguna otra nación del mundo ha experimentado nada equivalente al acontecimiento alemán de “1923” […], no sólo se devaluó la moneda sino todos los demás valores.
 
En agosto [de 1923] el dólar alcanzó el millón de marcos. En septiembre el millón no tuvo ya prácticamente ningún valor y el millardo se convirtió en la unidad de pago. A finales de octubre fue el billón.
 
A mediados de diciembre, de 1923, sin ninguna explicación razonable, ocurrió algo extraño. Un día  empezó a propagarse el increíble cuento de que pronto volvería a haber dinero “de valor constante” y al poco tiempo el rumor se hizo realidad […]. El dólar dejó de subir. Las accione también. […] Unas semanas antes Stresemann se había convertido en canciller. La política se volvió mucho más tranquila de repente.
 
Nombran Canciller y Ministro de Exteriores, cargo que mantuvo hasta su muerte, a Gustav Stresemann  que crea el marco-renta y entre ambos estabilizaron el país durante un lustro que se llenó de datos positivos para la economía, el paro, etc. El plan Dawes (primer plan Marshall), puesto en marcha en abril de 1924, regó Alemania de préstamos para relanzar la economía y así facilitar que pudiese crecer y por tanto ir pagando las indemnizaciones de la guerra, acuerdos de Locarno y salida de las tropas belgas y francesas del Ruhr, ingreso de Alemania en la Sociedad de Naciones, 2º puesto en las Olimpiadas de Ámsterdam de 1928...., y llegamos a 1929 que les trae un otoño cargado de malos presagios con la muerte de Stresemann el 3 de octubre y el crack de la bolsa de N.Y., 20 días después.
 
El año 1930 empieza con desasosiego, se acaban los préstamos y se solicita su devolución,; el Canciller Brüning pretende seguir pagando las indemnizaciones y para ello baja salarios y pensiones, el consumo se frena y el paro alcanza a 6.000.000 de alemanes. En estas circunstancias hay elecciones y el discurso de Hitler llega a los desesperados y los engancha en el tren de las promesas de mejoras, culpa a los judíos de la situación, propugna el impago de la deuda y apela al patriotismo; sus adeptos aumentan y consigue pasar de 12 a 107 diputados, de un total de 577, es decir un 20%.
 Moviliza la calle y presiona al viejo presidente Hindemburg que le nombre Canciller, a principios de 1933. El 23 de marzo fue presentada la Ley Habilitante de 1933, que entregaba el control legislativo a Hitler.
 
En 6 años la Alemania hitleriana pasa de esta situación a disponer de la mejor red de autopistas; transforma un ejército de 100.000 soldados (lo permitido por Versalles) en otro de casi dos millones, dotado de la mejor aviación y de la nada pasa a disponer de seis divisiones acorazadas. Polonia es la 1ª en comprobar esa potencia el 1º de septiembre de 1939 y 9 meses después le toca el turno a Francia que es derrotada en menos de mes y medio: 10 de mayo al 22 de junio de 1940. La gran Francia vencedora de Versalles y enconada defensora de las abusivas clausulas y penalizaciones impuestas a Alemania y que en parte llevaron a este desquite y facilitaron el ascenso de Hitler.
 
Comienza, realmente, la guerra en 1940 y durante 5 años los alemanes producen más de 70.000 aviones, entre ellos los Me-262, primeros aviones a reacción en entrar en combate. Pero lo milagroso y meritorio fue que la mayoría, 60.000, lo fueron en los años 1943,44 y 45. Eran los magníficos cazas Me-109, 110 y FW-190, (incluyendo 1500 cazas a reacción, desde finales del 43) ; mientras soportaban los bombardeos aliados con 200.000 bombas en 1943, 900.000 en 1944 y casi 400.000 en los cuatro meses de 1945. En esas circunstancias también se fabricaron tanques que iban un paso por delante de los aliados: 5700 en 1943, 7.800 en 1944 y 1000 hasta la rendición en la 1ª semana de mayo del 45. La mitad eran los famosos pantera y Tigres, que eran lo mejor de lo mejor. A pesar del bombardeo sistemático de las fábricas de cojinetes de bolas, sin los cuales no podías montar torretas giratorias. Se aprovecharon miles de carcasas de carros anticuados para montar caza carros, cañones contra carro sin torreta giratoria. El mejor cañón antiaéreo y contracarro , el 88, era alemán Las mejores ópticas y aparatos de tiro para los tanques fueron
alemanes..............

Mientras sus enemigos rusos, americanos e ingleses fabrican su material bélico sin interferencias, 60.000 T-34, 10.000 Kv-1y 6000 Stalin rusos, otros tantos Sherman americanos y no menos de 30.000 carros medios (Crusader) y pesados (Churchill) ingleses; más del doble que los equivalente alemanes y así  consiguen con la cantidad, no exenta de calidad, lo que no habrían conseguido solo por calidad.

También se fabricaron y emplearon los primeros cohetes balísticos V-1 y V-2 (se llegaron a lanzar 3000 sobre Londres y Amberes.

 
 Siempre el soldado alemán dispuso del mejor armamento posible, el mejor fusil de asalto el Mp/Stg 44 y la ametralladora media Mg 42.

 
Ojo, Alemania no se distingue, precisamente, por sus reservas de hidrocarburos y tuvo que fabricar la mayor parte del combustible sintético necesario para desplazar y mantener en movimiento el colosal ejército que tenía en pie de guerra. A partir de la 2ª mitad de 1944 la producción disminuyó un 50% y esto se noto en la ofensiva de las Ardenas del invierno44/45. Ya escaseaba el combustible y se daba la paradoja de tener aviones, camiones de suministros y tanques inmovilizados por la escasez de combustible.

Se construyeron 900 sumergibles (también los más avanzados del momento)............. y en esas condiciones.
 
Terminada la guerra, los aliados se cobran en especie las indemnizaciones y desmontan fábricas que se llevan a sus países así como a los técnicos que localizan en sus zonas: Von Braun el padre de las  V-2  es llevado a EEUU para desarrollar la NASA y su carrera a la conquista del espacio.

El destrozado país, que aprovecha los ladrillos de los edificios derruidos para "in situ" empezar a construir los nuevos (así se evita llevarlos a vertederos y fabricar y traer nuevos); y aunque faltan los casi tres millones de soldados presos y que trabajan para los vencedores, empiezan a levantarse
 
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Hay que cambiar la mentalidad de la producción dirigida desde el estado, de los últimos 10 años, de la protección estatal, cartillas de racionamiento y política de precios máximos que había regido y que podía actuar como un corsé en un país que solo tenía como garantía financiera y crediticia su producción.
 
Aparece otro Rathenau milagroso: Ludwig Erhard que ensayó el único camino económico que le faltaba por recorrer a Alemania: el libre mercado. El resultado fue el famoso "milagro alemán
 
El término «milagro económico alemán» (en alemán: Wirtschaftswunder, milagro económico) fue usado por primera vez en el periódico británico The Times en 1950 y describe la rápida reconstrucción y desarrollo de las economías de Alemania Occidental y Austria después de la Segunda Guerra Mundial, en parte gracias al Plan Marshall (basado en la eficacia del Plan Dawes) para Europa provocado por el temor de que pudieran darse las mismas condiciones que se dieron para Alemania en el período de entre guerras (1919-1939).
Comenzó con el reemplazo del antiguo Reichsmark por el Marco alemán como moneda en Alemania y con el chelín austriaco en Austria, fue un periodo duradero de baja inflación y rápido crecimiento industrial bajo el gobierno del canciller Konrad Adenauer y su ministro de finanzas Ludwig Erhard, quien es conocido como el autor del fenómeno. Junto a la reforma monetaria que acababa con la inflación, Erhard levantó de un plumazo la práctica totalidad de precios máximos, eliminando a la vez las cartillas de racionamiento. Para llevar a cabo una medida tan "socialmente impopular", Erhard eligió un domingo para pasar su decreto. Estas medidas funcionaron desde el principio, de un día para otro. Las industrias se pusieron en movimiento, los alemanes volvieron al trabajo y las tiendas se llenaron de productos. Volvía a ser valorado el trabajo creador de riqueza y el dinero sano (basado en la garantía del PIB) transmitía tranquilidad y animaba la producción. En pocos años la RFA se convirtió en la envidia del mundo y pagaba sus indemnizaciones.
 
En Austria la ayuda externa, la privatización de las industrias y el desarrollo de prácticas eficientes resultaron en un periodo de crecimiento similar al de Alemania. Esta era de desarrollo económico hizo que unas naciones devastadas después de la guerra se transformaran en países económicamente desarrollados. Con la fundación del Mercado Común Europeo, el crecimiento de Alemania contrastó aún más con las dificultades económicas de Inglaterra.
 
También aquí se experimentó, por primera y única vez, de forma simultánea con dos economías que tenían el mismo inicio/origen y los dos sistemas económicos del momento: comunismo y libre mercado/capitalismo: Las dos Alemanias entre las que hubo que interponer un muro en noviembre de 1961 para evitar que una se vaciara en favor de la otra. Después de 28 años, la RFA absorbió a la RDA y ya casi la tiene digerida. Tema que dejaremos para un segundo artículo

 
 
 
 

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