martes, 5 de mayo de 2015

70 aniversario del final de la IIª G. M. en Europa.

En esta semana se celebran/recuerdan los 70 años de la rendición de Alemania y con ello el final de la IIª Guerra Mundial en Europa. Había comenzado con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y en junio del año siguiente Alemania había sorprendido al mundo derrotando al poderoso ejército francés en menos de mes y medio. Tras 5/6 años de guerra, se arrojaban cifras pavorosas: más de 40 millones de muertos e incontable destrucción. Japón aún continuó en solitario hasta agosto.
 
Los triunfadores EEUU, G.B. y Rusia se verían enfrentados antes de terminar la década, dando comienzo a la denominada guerra fría.
 
30 años después, en abril/mayo de 1975, EEUU abandonaba Vietnam del Sur a los comunistas de Vietnam del Norte. El gran triunfador  del 45, acababa de sufrir su mas humillante derrota a manos de los vietnamitas. Mas adelante Rusia tendría su Vietnam en Afganistán.

 
 
El 30 de abril de 1945, Hitler se había suicidado en Berlín,  habiendo nombrado al Almirante Dönitz  su heredero. Dos días después Berlín caía en manos del ejército ruso y este llevaba al paroxismo su orgía vengativa. de muerte, violaciones y saqueos.
 
Dado el violento comportamiento del ejército ruso para con los civiles y soldados alemanes, en venganza por los desmanes cometidos por estos durante los cuatro años de ocupación, los jefes del ejército alemán intentaron salvar, de las garras rusas, al mayor número posible de soldados y civiles que se retiraban del este y así pretendieron enfocar su rendición en forma escalonada que facilitara que el mayor número se rindiera a los ingleses y americanos.
 
En la 1ª semana de mayo, un importante número de fuerzas alemanas se encontraban todavía luchando en Noruega, los Países Bajos y Dinamarca que seguían ocupados; en Bohemia y Moravia un Grupo de Ejércitos con un millón doscientos mil hombres luchaba desesperadamente contra los rusos; en el Báltico se defendía el Grupo de Ejércitos Kurland, en la península de Hela seguía operando el Ejército Ostpreussen.  En las costas del Canal y del Atlántico se mantenían la fortaleza de Dunquerque, las islas del Canal, las antiguas bases de submarinos Lorient y La Rochelle.  En el Egeo, Creta y Rodas las fuerzas alemanas tenían todavía gran capacidad defensiva.   En total seguían en armas alrededor de tres millones de hombres de las fuerzas alemanas entre el Cabo Norte y el Mar Egeo.

Dönitz quería evitar, por medio de capitulaciones parciales, que la mayor parte del Ejército del Este cayera prisionero de los rusos, tratando que los Aliados aceptaran la rendición de unidades del Frente del Este para ponerlos bajo su custodia. En esa idea, el almirante Dönitz se decidió a enviar el 6 de mayo a Reims al Jefe de Estado Mayor de la Wehrmacht, General Jodl, que  trató de conseguir de Montgomery y de Eisenhower   un plazo para la firma de alto el fuego, una pausa al menos de dos días entre la firma y la entrada en vigor o una solución escalonada en cuatro etapas, para ganar tiempo en los movimientos de tropas y huidos del Este al Oeste. Era el tiempo entre la firma el 6 de mayo y el comienzo del alto el fuego el 8 del mismo mes.
 
A las 02:41 de la mañana del 7 de 1945, en los cuarteles de la SHAEF en Reims, Francia, el general Alfred Jodl, firmó el acta de rendición incondicional para todas las fuerzas alemanas ante los Aliados.[] Esta incluía la frase «todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945». Tales palabras no hacían diferenciación entre las fuerzas de la Wehrmacht que luchaban contra los aliados occidentales o contra los soviéticos, por lo cual se infería tácitamente que ponía fin a toda resistencia alemana dondequiera que la hubiera

Cuando Stalin se enteró se puso furioso por que consideraba que le habían quitado de las manos el derecho a que los alemanes firmaran la capitulación ante los soviéticos e insistió en que la ceremonia tenía que repetirse en el Cuartel General Soviético en Karlshorst (Berlín), ante el Comandante Supremo Soviético en Alemania, Mariscal Zhukov, en presencia de los representantes de los Estados Unidos y Gran Bretaña, aclarando que no deseaba la presencia de un representante de Francia, pues para él ese país no contaba entre las potencias vencedoras.
 
El 8 de mayo de 1945, los ingleses llevaron en avión a Berlín al Mariscal Keitel, en representación de la Wehrmacht, al Almirante von Friedeburg como representante de la Kriegsmarine y representando a la Luftwaffe al General Stumpff, Jefe de la Flota Aérea y de la Defensa Antiaérea, además de algunos oficiales ayudantes.  Poco antes de la medianoche del 8 de mayo, en el momento en que entraba en vigor el alto el fuego, comenzó la ceremonia en el antiguo casino de zapadores e ingenieros del Ejército.  El Mariscal Keitel firmaba el documento con rostro grávido.
 
La guerra había terminado y el mundo descansó pero se empezó a conocer el magnicidio cometido sobre los judíos y la gente miró horrorizada al pueblo alemán que lo había consentido por convicción u omisión. También fue un periodo de venganzas por la opresión sufrida por la Europa ocupada y comenzó la persecución de los colaboracionistas en Francia, Holanda, Noruega... y de las tropas en retirada del Este,  y entre ellas caben destacar: las víctimas croatas de Bleiburg (Eslovenia) a manos de los partisanos de Tito y los cosacos de Vlasov, ejército formado por prisioneros rusos que se alistaron para servir en la Wehrmacht.
 
 
En ambos casos se trataron de rendir a los ingleses, en la zona de Austria, pero estos se negaron y los devolvieron a los partisanos y a los rusos. Los primeros masacraron a más de 50.000, recordados en Bleiburg y los otros a una cifra similar (un hijo de los cosacos de Vlasov es quien se pretende vengar de los ingleses en la película de James Bond, Golden Eye) . Del millón y medio de soldados alemanes retenidos en Rusia, solo regresaron, una década después , unos pocos miles.
 
Los rusos desmantelaron fábricas completas que se llevaron a Rusia así como científicos, en dura competencia con los aliados ingleses y americanos, que dirigieron las investigaciones de balística como Von Braun (padre del programa Apollo que llevó el hombre a la luna)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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